Tú tienes la risa y ella la culpa,
Yo tengo los labios más muertos de sed.
Tú tienes el tacto y mis manos las prisas,
Yo tengo impacientes el alma y la piel...
Tú tienes siempre la palabra precisa,
Yo tengo distancias que saben a hiel...
Tú tienes miradas que paran el mundo,
Yo tengo el tiempo rendido a tus pies...
Tú tienes olores que despiertan mi sangre,
Yo tengo despertares dondequiera que tú estés...
Tú tienes los pasos perdidos desde hace algún tiempo,
Y yo aún tengo este cuento de hadas palpitándome dentro...
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