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sábado, 23 de julio de 2016

MUDANZA

Me llevo mis vaqueros desgastados y las botas sin suela de tantos pasos.

He cogido, también, aquel suéter de lana que tejí para ti, hilando sueños, hace un par de Navidades. Total, nunca lo estrenaste. Decías que no era de tu talla.

Y es verdad: te quedaba demasiado grande.

Los libros de Benedetti y los discos de Sabina, porque hay placeres a los que no estoy dispuesta a renunciar...

Te dejo las noches en vela, las dudas, las sombras, los gritos y algún recuerdo que quieras conservar...

No me llevo ni una pizca de rencor o de amargura.

Te dejo la forma en que se nos acababa el atardecer, a sorbitos humeantes de sonrisas y café.

Te dejo el cuaderno azul donde te escribía cada noche.

Me llevo lo que me enseñaste y aprendí...

He llenado un par de cajas del aire que nos ha ido faltando y en el "frigo" te he dejado cientos de besos que tenía congelados y que, al final, ya no te di.

Me llevo, si no te importa, los bailes improvisados en la cocina, las cenas con velitas, los postres para dos...

Te dejo nuestras fotos amarillas en el primer cajón de la mesilla, la postal de Portugal, mi número de teléfono y tiempo para no mirar atrás.

He sacado la basura y he tirado el olor a sueños rotos.

Te dejo mi (tu) llave en el buzón... ¡no olvides regar las plantas!

Dejaré que la vida me remiende mi insensato corazón.

Ojalá que el tiempo nos borre los tachones.
Ojalá que el viento nos devuelva mil razones.
Y ojalá sólo me importe, para ese entonces, que yo me di y tú... tal vez.

Que ya no duelas.
Que todo calle.
Que yo me mire...

Y, por fin, me halle.

miércoles, 20 de julio de 2016

Fruto de la causalidad

Cada acción tiene su efecto: no intentes obviar lo que tú no ves...

No fue casual aquella mirada, me miraste y me viste porque así lo deseé.

Te di paso a mis adentros y refresco en mis aguas tranquilas y, cuando llegó el momento, no supe ponerle límite a mis ganas...

No me convencerás de que hice algo mal cuando te quise.
Sí, porque yo te quise.
Y no es algo malo.

Atiende a tus culpas vencidas en tus miedos a un 'Te Quiero', que vino solo, que salió de mis labios y se te cayó al suelo.

A ti. No a mí.
Házte cargo y no me marees...

Es mucha casualidad que se te llenen los labios de mis instintos,
Que tengas los bolsillos remendados con retales de mi,
Y los dedos desteñidos de mis azules equivocados...

De sobra sabes que nunca creí en ella.

Tu fruto es hijo de mi causalidad.

Si a otros has convencido, no te acusaré de haberme robado los pedazos que te di...
Puedes borrar mis huellas, si te empeñas,
Pero, por mucho que lo evites,
todos tus caminos, te traerán siempre hasta aquí...

Asomarse...

Existen lunas como ventanas a las que, de repente, una se asoma para verse por dentro.

Bajo su luz, se asumen las culpas y se perdonan errores, porque entiendes que no hay razón más poderosa que lo que te arde, aunque después, sólo seas cenizas...

Aprender a conocerse es uno de los secretos de la vida, y yo a veces me sé, cuando veo una llamita y me lanzo y luego... ya se verá.

Y no me desconozco cuando echo los rescoldos al mar, porque con sal se me curan ciertas heridas y no me apagan a mí, sólo se va lo que nunca fue mío...

martes, 19 de julio de 2016

Doce Lunas

Te fuiste un domingo.
Como quien se va dejándolo todo atado.
Como el Sol que atardece para iluminar otra orilla, en cualquier otra parte...

Pasaron semanas y meses y aún, en algunos y algunas, no ha cesado la lluvia por ti.

Jamás me imaginé que un día te escribiría a ti esto. Porque estas cosas no suelen suceder así... Y no deberían.

Cuando te fuiste, de pronto, empecé a creer muchas cosas, como que ya no me cantarías, que se me escapaba tu risa, que al día siguiente, ya no estarías.
Y, ¡qué fortuna la mía!, me equivoqué.

Tú sabes cuántas veces nos haces reir, todavía.
Tú sabes que en nuestra mesa, a pesar de todo, nunca hay una silla vacía.

Tú sabes que nos dejaste la forma dulce en la que te indignabas,
Tu risa alegre con la que siempre nos ganabas...

¡Tú sabes de amor donde sea!,
De vida y de ganas,
De lucha... tú sabes vivir aún aquí.

Y, a pesar de todo, ¡qué dura se nos hizo esta vuelta al Sol!

Aprendí que hay que seguir echándole ovarios y pasos a este camino,
Y le doy gracias, aunque a veces me muerda,
porque fue él quien te trajo hasta mí...

He aprendido que me quedan muchos momentos vacíos de tus instantes,
Pero que te guardo aquí, ¡tan dentro!,
Que eres capaz de venir... ¡y, por favor, que nunca me faltes!

Aún seguimos planeándonos viajes,
Tocándonos el alma de forma salvaje.

Que yo escribo, de alguna forma, también para ti.
Para alimentar de renglones tanta luz como nos dejaste...

Te fuiste un domingo, a los 27, la edad a la que se fueron los más grandes... (por algo sería) y, te confieso que me pilló desprevenida.

Fue una lluvia repentina e inesperada, con la que tuve que aprender a vivir y que aún hoy me moja, me cala, me hunde y, casi...

Y llevo contadas doce lunas.

Parece mentira. Como todo.

Lo cierto es que aún no me acostumbro...

Escribió el Maestro aquello de...

"...y la vida siguió, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido..."

Y, justo ahí, lo entendí.

Valiente, inconformista, alegre y divertida.
¡Bendito destino el que me puso frente a ti!

Llenaste mi vida. Como lo hacías con cualquiera con un poquito de buena suerte, que te encontrara aquí o allí... ¡Tanta gente tuya por tantos rincones!

Quedaste repartida un poquito en cada uno de nosotros y ese pedacito que me quedó tuyo, es una gran parte de lo poco o lo mucho bueno que hay en mí...

Fuiste mi AMIGA y te echo de menos.

Ya no te toco, pero te siento.
Ya no te miro, pero te sueño.
Ya no te oigo, pero estás aquí.

Son doce lunas.
¡Y las que tú quieras!

Porque hay personas que están.
       
                              Dondequiera que estén...

Te quiero, mi "Antho"...
Siempre, Fórmula Quinta.

viernes, 15 de julio de 2016

¿Somos mejores que ellos?

Ojalá no tuviera que escribir esto.
Ojalá estuviera fuera de lugar.
Pero tengo algo aquí que me reconcome, que no ne deja, que no se va...

Hablo del sentimiento que me crece frente a esta barbaridad.
La pena, la rabia, el dolor y la impotencia que me patea después de esta locura.

Niza, Francia, "el mundo occidental" duelen hoy en muchos pechos, aprietan fuerte en muchas almas...

Las imágenes horribles en horas interminables... el muñeco de un bebé abandonado en el asfalto...

Devastador.

Pero... ¿somos nosotros mejores que ese loco?
¿No son familias con niños de las mismas edades, con la misma inocencia arrebatada, con el mismo miedo atroz, aterrador, los que huyen de esa misma guerra absurda?

Desde anoche y hasta que sea necesario... puertas abiertas para ayudar a las víctimas del último atentado terrorista en Europa.

Desde hace meses y a saber hasta cuando... fronteras cerradas para no tender las manos (que bien valen más de un corazón) hacia personas que también huyen, que también tienen miedo, que no saben por qué aunque no les queda duda de contra quien.

Porque van (vamos) contra ellos...

Triste.
Y dolida.
Yo tampoco entiendo.

La #Solidaridad sólo en "el mundo occidental" (como si no fueramos hijos del mismo mundo, como si no nos dolieran los nuestros igual...), sólo a este lado, no me sirve.
No me vale.

No me hace sentir más humana.
No me hace ser mejor...

#NoAlTerrorismo
#PorLaPaz
#BastaYa

jueves, 14 de julio de 2016

Tienes algo ahí... Justo ahí.

Dime de qué huyes y no escapas.
Qué es eso que llevas dentro y te sigue adonde vayas...
Qué hace que paren tus pies y no descanse tu alma...

Eso que encuentras cuando estás salvajemente cerca del instinto.

El pellizco que te quema,
El silencio que no calla.
La verdad que te remueve,
Esa bomba que no estalla.

Lo que no dice tu boca y grita intensamente tu mirada.

Cualquier camino no es sendero,
Ni lo cierto se desnuda en otro espejo.

Ya te dije que el Sol no sabe de sombras,
Que se cuela sin que quieras,
Que, a veces, luz. Y, a veces..., llama.

Cuando la sangre te grita,
Y el ahora te lleva...

Cuando el latido no mienta,
Y la vida te ofrezca...

No lo pienses.
Sólo siente.
Porque, quizá, el destino te absuelva...

martes, 12 de julio de 2016

Tener tacto

Qué importante es poder y saber decir "yo soy de aquí"...
El destino nos lleva, nos guía...
A veces, nos deja hacer...

Pero cuando uno encuentra un rincón donde guarecerse,
cuando en cualquier esquina una se tropieza con la vida y, al mirarla, sabe que sí...

Y, de repente, la piel y...

Da igual las vueltas y los tumbos,
Los empujones y los bailes a destiempo...
No importa la respiración a contratiempo ni los pasos inseguros...

La vida. Sí. Ella te trajo y te puso.

Y tú estás ahí... justo ahí.

Al final, todo cuadra...

domingo, 10 de julio de 2016

¡Sonrían!

No se queden mirando al precipicio
pa' contarle el miedo les da...

No lo miren o peguen un gran salto,
que el mundo sigue girando,
que la gente ha de seguir bailando,
que los miedos están llenos de "ojalás"

Asómense al balcón y dejen que les crezcan las ansias de calle,
Que las alas estén en los detalles,
Y en las risas, la verdad.

¡Sonrían! ¡Que la vida está pa' eso!
Déjense de tanto cuento,
No se callen los 'Te Quiero',
No se olviden de soñar...

Encuentren los motivos,
Y déjense llevar,
Que lo nuestro es un ratillo,
Y ya no miren para atrás...

lunes, 4 de julio de 2016

Hoy me pasó. Otra vez

Hay días que parece que amanecen más temprano,
Abres los ojos y, de pronto, esta mañana es otra que ya fue.
Que no acabó.

Hoy me pasó.
Y volví a la mañana encogida de aquel lunes.
Y sentí el frío de la madrugada que en susurros te alejó.

Me acerca el viento los recuerdos y sus dolores,
Y vienes también en él, con tus soles y tus cosas...

Y te vivo y te canto.
Y alguna nota... se me va.

Me callo y te espero,
Chivándome la letra.

Me paro y te siento,
Me bailas y... ¡ojalá!

Me hiere y me encuentro
Aullándote un 'te quiero'

Te extraño y te pido que me vuelvas a arrullar...

Hay días que son otros días.
Hay canciones que suenan a soñar.

Hay vientos y recuerdos,
Hay bailes y pataleos,
Hay soles y otros cielos...

Hay amores sin final.

sábado, 2 de julio de 2016

¡Vive!

A veces, la vida, pasa un martes.

Llega así, sin avisar.
Sin que le puedas preguntar nada.
Sin haberte preparado,
Sin ser consciente, quizá...

Llega un martes y no te espera.
Ni siquiera la ves llegar...

Y, quizá y con suerte, algún sábado (después de haber dejado cientos de martes atrás), se atrinchera en tu cabeza un recuerdo. Así, sin más.

Y lo piensas y te araña.
Y no sabes qué querrá.

Te concentras en el lunes previo,
O en el miércoles que vino detrás...

Nada. No recuerdas nada.
Pero no olvidas aquel martes.

Y, de pronto, te das cuenta de que el tiempo es sólo eso: tu capacidad de recordar.

Descubres que, en el cuerpo, se te guardan segundos que fueron los primeros,
Que antes no hubo nada y que los próximos, cuando lleguen, tampoco avisarán...

Por eso, no vivas nunca un martes como un día cualquiera.
No esperes señales, ni sueños, ni ojalás...

Que la vida se te escapa y ya no volverá.

Muérdela con ganas,
Y si no te escucha, ¡háblale a gritos!

Que aquí no venimos a matar el tiempo.
Que es él, el que nos mata...

Que, de pronto, la vida pasa un martes.
Y yo quiero saber que, de esos, aún me quedan muchos más...

¡Vivamos la vida antes de que se nos acabe!
¡De lunes a domingo!
Y los días de guardar...