Ojalá que las letras nos sigan removiendo por dentro, que nos hagan pensar y sentirnos.
Que los trazos nos mareen y se nos enreden las entrañas.
Que sienta el pellizco de tu nota en el buzón y me crezcan las ganas de papel y tinta.
Que nunca se nos consuman las comas como en un suspiro, ni se nos agoten los punto y seguido, para que jamás te me acabes.
Que nunca nos falte un 23 de Abril...
No le robes a la tierra una rosa: llévame hasta el rosal...
¡Feliz día del libro!
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