Quizá no sea nada más que eso. Y nada menos.
Cuando, de pronto, unos ojos.
Dos faroles...
Unos ojos y su luz.
Dos almas que se tocan.
Y la piel no hace preguntas.
Cuando, de repente, un latido.
Dos avisos...
Un latido y su dolor.
Y las manos nos encuentran.
Una luz, un latido, mucha piel y un mar de tiempo...
No hay comentarios:
Publicar un comentario