¿Has sentido alguna vez el calor de una verdad y el frío de su certeza?
Una verdad como un cielo despejado, un pellizco, un sentimiento, una corazonada...
Y la necesidad urgente de escupirla como un abismo, un precipicio, una pérdida segura...
Escribe Makandé que "amar es derramar el alma" y, hacerlo, supone a veces el riesgo de perder...
Yo amé. Me derramé y perdí.
¿Qué es mejor: la victoria cobarde o la derrota valiente?
No estoy segura. No creo que en ninguna de ellas se esconda la felicidad...
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