A mí, que los escalofríos me hablaban siempre de ti.
¿Cómo dudar si el viento me traía envuelto tu nombre?
¿Quién lo iba a decir? Que despertaría una mañana sin desayunarte en nuestra cama...
A mí, que no le puse un "pero" ni a tus días ni a tus noches. Sobre todo, a tus noches.
¿Cómo lo iba a creer? Que el destino me mentía...
Como tú.
A mí, que nunca me vinieron bien los cuentos sin moraleja...
¿Cómo no aprenderte? ¿Cómo no estudiarte los lunares y las marcas, en el cuerpo y en el alma?
A mí, que vivía libre, a mi aire y a mi antojo...
¿Qué falta me haría retar así a la vida, mirándola a los ojos?
Qué necesidad tenía de latir a contratiempo,
de querer decir "Te Quiero",
de seguir tus pasos.
De perderme...
A mí, que nadie me convencía de mí misma ni de lo contrario...
¿Qué fué eso que dijiste y escuché?
¿Dónde meto mis ganas y tus desganas?
¿Dónde guardo mis "quiero" y tus... "no puedo"?
A ti, que te habría dado el calor del sol, la luz de la luna y el camino a las estrellas...
¿Qué falta te harían las vidas que te di?
¿Qué hago contigo?
¿Qué hago sin mí?
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