Venía a contarte que no tengo más vidas que esta mía, que quise darte y no tomaste.
Que no tengo más tiempo que éste, que era tuyo.
Tiempo para aguardarte.
Tiempo que no paraste...
Y sin parar, se pasaron los días, los meses... ¡conté hasta años!
y, sin darme cuenta, alguien agarró mi mano,
quedándose con su calor,
el que era tuyo y no acunaste.
Con aquella historia que no aceptaste...
Venía a contarte que te he perdonado,
Que no cupo nunca rencor o venganza,
Que hoy ya tengo un amor a mi lado,
Que sabe, como nadie, equilibrar mi balanza.
Venía a contarte que te sigo dando las gracias,
Porque aprendí a quererme, a pesar de tus trampas.
Y te deseo mil vidas pa buscar otra falda,
Que te quiera y la quieras,
Porque la vida no aguanta...
Venía a contarte.
Venía a contarte.
Pero tus ojos ya saben... lo que venía a contarte.